miércoles, 25 de febrero de 2009

La lluvia golpeando tu cara mientras nada ocurre en la orilla. Alcanzo a divisar que la neblina ensombrece un poco tus párpados, mientras adivino un poco más abajo tu boca. Quiero pensar en que las gotas son más bellas que el rocío, mientras discuto con los que no están ahí. Las olas se agitan y el viento te hace temblar mientras trato de abrazarte y de ver que hay algo más que un amanecer, para vos algo así como un espanto que leiste cuando eras chica o una espina clavada, quién sabe. Sonreís, pienso, queriendo afirmar casi como una ironía lo que murmuro y chapoteás un poco en el agua cargada de barro. Veo que te alejás unos pasos y luego que me mirás desde ahí, mientras te reís del viento que empieza a soplar más fuerte que antes y de la niebla que se corrió un poco y de que solamente podés creer en el instante previo al que la luz aparece y nos hace desvanecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo ya estaba enamorada, ¿Qué tengo que hacer ahora? Enamorarme mássssssssssssssssssssssssss.