viernes, 26 de febrero de 2010

Soledad. Jujuy 1914




Cuando me vaya lejos, por los caminos de piedra,
buscando de las cumbres la mejor claridad,
con un recuerdo antiguo y una esperanza nueva,
formaré las canciones para mi soledad.

Cuando me vaya lejos, por tierras arribeñas,
y me fatigue el áspero camino del breñal,
en el viento que pasa y en la estrella que suena,
aprenderé canciones para mi soledad.

Y si muero en las sendas, manos desconocidas
humildemente justas sus rezos dejarán,
y algún arriero coya, señor de lejanías,
cantará bagualas para mi soledad.

Atahualpa Yupanqui.



domingo, 14 de febrero de 2010

Yves Lacoste II

...Entre, por una parte, las lecciones de los manuales escolares, el resumen que dicta el profesor, el curso de geografía en la Universidad (que sirve para formar futuros profesores) y, por otra, las diversas producciones científicas o el amplio discurso constituido por las grandes tesis de geografía, es evidente que existen diferencias: las primeras se sitúan al nivel de la reproducción de elementos de conocimiento más o menos numerosos, mientras que las segundas corresponden a una producción de ideas científicas y de informaciones nuevas, aunque sus autores no imaginen qué utilización podrá darse a la mayoría de ellas. Consideran fundamentalmente sus trabajos como un saber por el saber, y nadie piensa en preguntarse, en una tesis de geografía, para qué, para quién pueden servir (para los que están en el poder) todos esos conocimientos acumulados. Pero dichas tesis y dichas producciones científicas sólo son leídas por una ínfima minoría y su papel social es mucho menor que el de los cursos, de las clases y de los resúmenes. Por consiguiente, no debemos juzgar la función ideológica de la geografía de los profesores tomando únicamente en consideración sus producciones más brillantes o elaboradas. Socialmente, pese a su carácter elemental, caricaturesco o ridículo, las lecciones aprendidas en el libro de geografía, los resúmenes dictados por el catedrático, todas esas reproducciones caricaturescas y mutiladoras tienen una influencia considerablemente mayor, pues contribuyen a influir duraderamente, desde su juventud, en millones de individuos. En la medida en que esta forma socialmente dominante de la geografía escolar y universitaria enuncia una nomenclatura e inculca unos elementos de conocimiento enumerados sin vinculación entre sí (relieve-clima-vegetación-población...), tiene como resultado no sólo el ocultar la importancia política de todo lo relacionado con el espacio sino también la imposición implícita de la idea de que en la geografía no hay nada que entender, que unicamente precisa memoria...

viernes, 12 de febrero de 2010

Dios murió

Dios murió. A sus pies lloraba su madre y rezaba por su alma de hombre crucificado
La sangre trémula recorría todo su cuerpo mientras alrededor todos reían.
Todo era alegría para el vulgo que hoy se daba cuenta de que matar a Dios era mucho más fácil de lo que creían.
Hubo conciencia del asesinato y de su importancia. Los hombres se dijeron magníficos; Su discípulos traidores celebraron la muerte del Dios derrocado. Lo que no supieron fue que su sangre germino el suelo y de él salieron frutos amargos y tallos con espinas idénticas a las de su cabeza.
Pedro fue eregido como el nuevo Dios sobre la tierra y hubo atentados en su contra. La humanidad no podía soportar un Dios terrenal. Desde los comienzos de la historia Dios fue siempre ceremoniosamente altanero e intocable. Fugaz y rezos. La materialización de Díos derretía el orgullo de los mortales que veían sus miserias reflejadas en el espejo del todopoderoso y su omnipotencia.
Lo curioso fue la muerte de los ladrones que lo acompañaban en sus respectivas cruces. Se dice que fueron los únicos semejantes y devotos de él. Fue considerado alta traición humanitaria y se los condeno a morir con su humildad a cuestas al lado de su señor venerado.
Y dicen que las historias carecen de verosimilitud. Pues esta es otra de tantas versiones de cómo pudo haber muerto un Dios sobre la tierra y de cómo cayeron y todavía caen los ramos de olivos sobre sus pies ultrajados.

M.A. .

Yves Lacoste (I)

Desde finales del siglo XIX puede considerarse que existen dos geografías:
La primera, de origen antiguo, la geografía de los estados mayores, es un conjunto de representaciones cartográficas y de conocimientos variados referidos al espacio; este saber sintético es claramente percibido como estratégico por las minorías dirigentes que lo utilizan como instrumento de poder.
La otra geografía, la de los profesores, aparecida hace menos de un siglo, se ha convertido en un discurso ideológico que cuenta entre sus funciones inconscientes la de ocultar la importancia estratégica de los razonamientos que afectan al espacio. No sólo esta geografía de los profesores está alejada de las prácticas políticas y militares, así como de las decisiones económicas (pues los profesores no participan en absoluto en ellas), sino que disimula a los ojos de la mayoría la eficacia del instrumento de poder constituido por los análisis espaciales. Gracias a ello, la minoría en el poder, muy consciente de su importancia, es la única que los utiliza, en función de sus intereses, y este monopolio del saber es tanto más eficaz en la medida en que la mayoría no presta la menor atención a una disciplina que considera tan totalmente inútil.
A partir de finales del siglo XIX, primero en Alemania, y después fundamentalmente en Francia, la geografía de los profesores se ha desplegado como discurso pedagógico de tipo enciclopédico, como discurso científico, enumeración de elementos de conocimiento más o menos unidos entre sí por diferentes tipos de razonamientos dotados todos ellos de un punto común: ocultar su utilidad práctica en la dirección de la guerra o en la organización del Estado...