(Fragmento de un un texto de Meriggi)
"El principio dualístico del Bien en lucha contra el Mal, de lo sagrado contrapuesto a lo profano, está presente en Chelcicky más que en ningún otro escritor de su tiempo. Considera a la Biblia la única fuente de revelación y de inspiración; en cuanto a los Padres de la Iglesia y los autores eclesiásticos, su misión sólo sirve para interpretar la Escritura y todo lo que se opone o contrasta con ésta debe ser rechazado como fruto diabólico. Del mismo modo hay que seguir a los sacerdotes piadosos y alejarse de los impíos, puesto que son hijos del Anticristo. El severo ascetismo del escritor lo induce a negar la validez de todas las formas exteriores del culto; para él, la vida religiosa está basada sobre experiencias espirituales que excluyen todas las pompas y solemnidades. En el campo de la problemática social, Chelcicky está abiertamente a favor de los trabajadores humildes que, con su vida activa y con las tribulaciones de su existencia, se acercan mejor al ejemplo de Cristo. Se muestra, en cambio, adverso a los ricos y a los aristócratas que usufructúan indebidamente el esfuerzo ajeno. La aspiración a la libertad perfecta induce a Chelcicky a oponerse a la organización estatal. En efecto, ¿cómo puede un cristiano ejercitar actos de poder sobre otro cristiano o limitar su autonomía espiritual? Por la misma razón, él rechaza las leyes que no sirven para corregir sino para aplacar el instinto de la venganza, y condena cualquier recurso a la violencia, que encuentra su máxima expresión en las guerras, puesto que el Hijo de Dios ha descendido a la tierra no para matar sino para perdonar y amar.
Aunque estudios recientes han demostrado que el pensamiento de Chelcicky debe más de lo que se suponía a autores anteriores, su visión de conjunto de la vida y del mundo es indudablemente original. Parece preocupado por el problema de la salvación individual, sabe perfectamente que sus concepciones son utópicas y que el verdadero cristiano no puede hacer otra cosa que tratar de expresar su propia personalidad a través de una serie de renuncias y abstenciones. Las cuestiones inherentes a la vida colectiva le interesan sólo en la medida en que en ellas el individuo puede afirmarse como ser libre e independiente. Sin embargo, su anhelo de una humanidad perfecta, basada sobre el amor fraternal de seres iguales y libres, es fruto de las aspiraciones de su época. Aunque parezca que Chelcicky es el más apartado de las pasiones terrenas entre todos sus contemporáneos y aunque no apruebe ni confíe en los medios empleados para alcanzar el reino de Dios sobre la tierra, es el que tiene más clara en la mente la visión de la meta a la que tienden, a través de atormentados sentimientos, los más puros entre aquellos que, con las armas en alto, combaten por la instauración de la justicia social."
*"Libro de explicaciones de salvación para las lecturas dominicales de todo el año" de 1444, uno de los escritos del checo Petr Chelcicky.
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1 comentario:
Yo creo que todo es una mentira... hasta la misma dualidad.
besos tucu
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